Es muy difícil que alguna receta salada de las que hago no lleve como base un buen pochadito de cebolla, ajo o puerro. Lo ideal es que se haga despacito, al «chup-chup» famoso, pero con la vida que llevamos necesito acelerar el chup-chup y que el resultado sea el mismo. Lo que hago es que en cuanto pongo las verduras en la sartén con el aceite les doy una vueltecita y añado medio vaso de agua, mezclo todo bien y subo el fuego al máximo. Esto me permite que la cebolla o el puerro se vayan ablandando y puedo despreocuparme un rato de la sartén sin que se quemen las verduras. Cuando el agua se ha evaporado la textura de la cebolla o del puerro es suave pero todavía tiene un punto de dureza y el aceite que habíamos puesto al principio comienza a dorar la verdura, en ese momento bajo el fuego al mínimo y la fritura sigue como si nada hubiera ocurrido pero con un acelerón considerable. Et voilà ¡
